Ya son 60 años los que cumple hoy el ex cuatro veces campeón del mundo, el panameño Roberto "Mano de Piedra" Durán, el más grande boxeador nacido en Latinoamérica y uno de los tres primeros a nivel mundial.
Hoy es un día para recordar grandes capítulos dorados, pero en especial aquel que esculpió con sus propios puños Durán un día como hoy, hace 28 años, en el mítico e histórico Madison Square Garden de Nueva York, en Estados Unidos.
Precisamente en su cumpleaños número 32, Durán conquistó el título superwélter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), para de paso convertirse en campeón del mundo por tercera vez en su carrera profesional, en tres divisiones diferentes.
Una proeza que conquistó "El Cholo" a costa del joven peleador, hasta ese momento invicto, el norteamericano Davey "Bronx" Moore.
Aquel 16 de junio de 1983, nuevamente el Madison Square Garden abría sus puertas para que "Mano de Piedra" volviera a llenarse de gloria. Y es que Durán conquistó su primer título mundial en este coliseo, el cetro ligero de la AMB, cuando destronó al escocés Ken Buchanan el 26 de junio de 1972.
Antes del primer campanazo del duelo de Moore y Durán, ambos gladiadores manifestaban estar seguros de lograr la victoria por cualquiera de las dos vías, según las publicaciones de diferentes diarios de aquel año.
Durán confiaba plenamente en sus condiciones físicas y en su experiencia.
"Si pierdo es probable que me retire, pero no pienso perder porque me siento más fuerte que nunca", dijo Durán, quien llegaba al pleito con un palmarés de 75 triunfos, 4 derrotas y 56 nocauts.
Moore, por su parte, apostaba a su juventud.
"No le daré descanso a Durán y esto será muy duro para un hombre de 32 años", precisó Moore, un peleador de 24 años y récord inmaculado en 12 combates, con 9 nocauts.
¡LO DESPELLEJO!
La campana estremecía los corazones de miles de panameños, mientras que los puños poderosos de piedra explotaban en la humanidad de Moore. Y es que en el mismo primer asalto, Durán le produjo a Moore un hematoma sobre su párpado izquierdo.
El castigo siguió inmisericorde. Bombazos explotaban por todos lados en la anatomía del peleador norteamericano, que poco a poco sentía que el mundo se le venía encima.
Durán siguió dominando la encarnizada y cruenta guerra, y en el séptimo "round" envió a Moore al tapiz. Fue un recto de derecha inolvidable, imborrable en la historia del pugilismo mundial, que estalló en el rostro de Moore y que dio la sensación de hacerlo volar por los aires por unos segundos para aterrizar de glúteos en el ensogado, a falta de 15 minutos para finalizar el asalto.
Valientemente, pero con el rostro irreconocible y ensangrentado, Moore se levantó a la cuenta de ocho segundos. La campana lo había salvado de ser exterminado.
Herida su presa, "El Cholo" continuó el castigo en el siguiente capítulo. La paliza era brutal. Moore sentía en carne propia la muerte porque Durán le conectaba toda clase de puñaladas. Era tanto el castigo, que el árbitro mexicano Ernesto Magaña decidió detener las acciones a los 2: 02 segundos del octavo asalto.
OTRA PAGINA DORADA
La coronación de Durán era histórica. Era su tercer título mundial en diferentes divisiones (ligero, wélter y superwélter), una hazaña que en 1983 solo habían conseguido siete boxeadores en la historia del boxeo.
Los otros fueron Bob Fitzsimmons, Tony Canzoneri, Barney Ross, Henry Armstrong, Wilfredo Benítez y Alexis Argüello.
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