Mientras los conductores hacen lo que les da la gana en las calles de Panamá y protestan como si fueran dueños de la razón absoluta, la familia del boxeo lloró ayer.
Roberto Durán, el atleta más querido del país, fue un mar de lágrimas, conmovido por el dolor que se vivió ayer, por parte de todos, en el sepelio de José "Maco" Arboleda.
"Me siento triste porque se va un buen prospecto del boxeo panameño y perdimos a un futuro campeón. Le pido al Gobierno más seguridad sobre el transporte", dijo la leyenda viviente.
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