Comer en la calle no es un juego; por eso, si usted es de aquellas personas que recurren a los restaurantes, debe tener varias cosas presentes.
Recuerde que además de que dicho establecimiento se vea aseado, debe fijarse que tenga los permisos al día, como son los de Salud y del Municipio, entre otros. Tenga presente que una mala manipulación de alimentos, puede ocasionarle una intoxicación o una enfermedad.
¿PUEDE CONFIAR EN LOS RESTAURANTES?
Si va a un restaurante que no conoce, observe las normas básicas de higiene. Mire, detalladamente, el estado general del establecimiento y el aseo. Los camareros deben tener un aspecto cuidadoso. La vajilla y los cubiertos deben estar limpios, ya que la negligencia en el comedor suele reflejar la falta de higiene en las cocinas. La comida caliente debe exhalar vapor, y la fría debe estar refrigerada o rodeada de hielo. Verifique también que hay platos limpios para volver a servirse y que los mangos de los cubiertos de servir son, suficientemente, largos.
EXAMINE LOS TAPONES DE LAS BOTELLAS
La comida y la bebida pueden contener bacterias, virus y parásitos si no se manipulan con precaución. El agua con cloro suele ser inocua. Pero si no está seguro de la calidad del agua local, beba únicamente café, té y bebidas embotelladas o enlatadas. Si el agua no es de fiar, tampoco lo son los cubitos de hielo ni los recipientes para beber; así que beba directamente de la botella o la lata.
Limpie y seque bien el orificio antes de abrir el envase y asegúrese de que los tapones estén intactos.
ESCOJA CUIDADOSAMENTE LA COMIDA
Evite los alimentos crudos. Coma sólo platos cocinados que todavía estén calientes y fruta que haya pelado usted mismo, ya que puede haberse lavado con agua contaminada.
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