Se caen a pedazos. Cinco edificios del populoso barrio de San Miguel evidencian los más de 50 años que tienen, ya que sus débiles y cansadas estructuras no soportan más.
Sin embargo, eso parece importarle sólo a un grupo de residentes que trata de darle mantenimiento a los caserones San Carlos, Chepo, Capira, Chorrera y Chame, mientras que otros ignoran lo que pasa.
Isidro Mendoza tiene más de 27 años de habitar en el Chorrera. Cuando llegó vivía en uno de los pisos inferiores, pero por la bulla e inconciencia de los vecinos, se tuvo que trasladar al último piso.
Lo que no sabía era que los problemas se acentuarían, porque la losa se desprende poco a poco y no soportan la humedad a causa de las filtraciones.
La realidad es que unos pagan módicos alquileres y otros no. Los inmuebles están a cargo del Banco Hipotecario y, según los residentes, el MIVI les daba la mano con el mantenimiento.
Isidro teme que estos edificios tengan la misma suerte de Renta 5 y, al final, todos tengan que salir. Lo cierto es que la mayoría de la gente tiene muchos años de habitarlos.
SE SUMAN
Los problemas siguen. Los cuartos de la planta baja se inundan cuando llueve, porque las alcantarillas están llenas de basura; además, el agua potable se bota sin piedad en cada patio y hasta de las tuberías entre las estructuras.
Invadidos por el moho se han tornado de un color verde, ocultando su verdadero color, si es que algún día los pintaron.
PRESUPUESTO
En una consulta anterior del Banco Hipotecario, se nos informó que la gente no paga para cubrir el mantenimiento.
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