Al principio pensó que se trataba de restos de un animal, pero, al acercarse más, se dio cuenta de que era una osamenta humana.

Tichi Amado Carpintero era uno de los tres trabajadores contratados para limpiar una finca en el sector de Santa Clara, de Arraiján, y quien halló los huesos. Él y sus compañeros, asustados por el hallazgo, llamaron de inmediato a la Policía Nacional.

Tichi cuenta que en la escena estaban, además de los restos, unas botas y ropa y cerca de un árbol, una cuerda de nylon que colgaba.

El área fue cercada de una vez por las autoridades que custodiaban los huesos.

El rumor que salió a flote por los moradores fue la desaparición hace cinco años del señor Daniel Robles, quien de la noche a la mañana se esfumó y nunca nadie, ni familiares, ni amigos, supieron más de él.

Conversamos con la señora Inés Magallón, madre de Daniel, quien contó que desde agosto de 2001 su hijo desapareció, cuando a eso de las 4: 00 de la tarde salió de su casa.

Daniel le dijo a su madre que no le guardara cena y se fue a dejar el equipo de trabajo a la compañía donde laboraba. Desde ese momento, no regresó más a su casa.

A raíz de esa situación, su hermano menor estuvo hospitalizado y quedó trastornado.

Doña Inés sigue esperando noticias de él y, como toda madre, con fe guarda las esperanzas de hallarlo aún vivo.

En aquel entonces, la búsqueda duró varias semanas, por los ríos y la montaña. Y es hasta ahora que aparecen por el lugar unas osamentas, y sus familiares creen que se trate de su ser querido.

Uno de sus hermanos dijo que cuando Daniel desapareció, su familia se sumió en un amargo dolor al no saber nada de su paradero, pero nadie se ha olvidado de él y siempre han tenido las esperanzas de que lo encontrarían.

Las autoridades investigan si se trata de este señor o si hay alguna otra persona desaparecida por el área.

ESPERANZA
Su familia cree que las osamentas puedan ser de Daniel, quien desapareció hace 5 años.