¡Tremendo! Por veinticinco centavos, usted puede realizar un viaje singular a la comunidad Tierra Prometida en Alcalde Díaz, desde la parada de El Poderoso en Torrijos Carter, San Miguelito.
Allí podrá apreciar un paraíso de problemas sociales, entre los que predomina el cáncer de la pobreza.
Abordar las "chivitas" hacia esta comunidad es como montarse a una "montaña rusa", hasta donde la calle lo permite, pues ya hay tramos inaccesibles. El número de casas se multiplica cada día que pasa.
Un vaso con agua es quizás lo más preciado que tienen algunos residentes. Al menos para beber, tienen que buscarla a gran distancia; otros, para suplir sus necesidades básicas, acuden a un río cercano, que aún consideran que no ha sido tocado por los tentáculos de la contaminación. Esta gente lucha contra el hambre, pero tampoco flaquea en su lucha por legalizar estas tierras. Su futuro es incierto.
Además, los niños, como animalitos silvestres, sin zapatos, sin camisas, pero felices de jugar en las polvorosas calles de tierra que hacen de cancha de juego, ven pasar los días sin pensar en los problemas que pasan sus padres en esta "tierra prometida".
No hay lavamáticos, pero las mujeres se las ingenian para "aporrear" la ropa en el río. Esta es toda una hazaña, allí se reúnen, además, para hablar de sus problemas y hasta se piden consejitos. Allí las dejamos bañándose en la regadera natural, misma que también sirve para los quehaceres domésticos, y entre risas y reflexiones dejamos esa tierra de promesas que esperan por cumplirse.
FRIALDAD
Hay moradores temerosos de que en tiempo de lluvia sus casas se caigan. Lo que tienen está improvisado.
|