Desde la famosa y tan comentada reunión en el Restaurante Portogalo, en donde la nómina que en ese entonces encabezaba el actual presidente de la Federación Panameña de Fútbol, Ariel Alvarado, la nómina encabezada por Pedro Chaluja, empezó a surgir como la gran favorita para ganar las elecciones.
Desde ese preciso instante, Lucas Alemán fue derrotado, cuando el partido apenas iniciaba su primer tiempo.
Y es que la inestabilidad que mantenía la figura de Alvarado y su nómina fue derribada por la imagen de Chaluja, un rostro fresco y desconocido para algunos, que siempre trabajó con Ariel, pero entre bambalinas nunca mostró un papel protagónico ante los asuntos políticos de esta federación.
El grupo tomaba forma sólida, que los llevaba casi directo al descalabro de Alemán y los suyos. Las acusaciones por las cuales era señalado constantemente Lucas Alemán y su gremio eran cada día peores, desde una mala campaña al frente de la presidencia de la Liga Provincial de Panamá, hasta compra de votos. Cada día fue haciendo que la figura de Lucas se debilitara ante los dirigentes de los equipos de la LPF y de los dirigentes provinciales, que serían los encargados de llevar a cabo los sufragios que definieron al nuevo mandatario.
El día llegó. Lucas Alemán dijo presente al Hotel Sheraton de Marbella, muy optimista, con el dibujo en su rostro de la certeza del triunfo, incluso mientras se estaba en la ejecución de los votos se le escuchó decir: "Ya tenemos nueve, decide Bocas del Toro", provincia a la cual viajó en su campaña y cuyo voto le daría el triunfo. Sin embargo, el final fue todo lo contrario: la nómina Integración y Desarrollo por el Fútbol se impuso a la nómina Evolución del Fútbol, por marcador de 13-7...
De esta manera, se dio lo que la gran mayoría de los medios predecía, la trayectoria de Ariel Alvarado, sumado a la solidez que dio la integración de Chaluja comandando la tropa, les dio el triunfo y la continuidad que desde hace diez años, venía encaminando y dirigiendo Alvarado.
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