Xavier, de nueve años, y su hermanita Sailín, de seis, aún no asimilan la muerte de su padre Horacio González, en el trágico accidente.
Karina de González permanece en la esquina de la sala de su casa viendo el altar que fue colocado en honor a su esposo, a quien llamaban "Nano".
Horacio, de 37 años, levantaba las estadísticas de radiología en el Hospital Regional de Aguadulce.
Karina relata que a las 9: 15 p.m. llamó a su esposo y éste le dijo que iba para el dormitorio con una comida. Primero iba llegaría a bañarse, a descansar y a cenar.
Ella le dijo que cuando llegaba la llamara, pero se quedó esperando. A cambio recibió la noticia del accidente de parte de su cuñada que le dijo que fuera a su casa pasadas las 10: 00 p.m.
Al no creer lo que había sucedido, Karina decidió llamar al celular de su esposo y un joven le contestó y le aseguró que "Nano", su buen esposo y padre, había muerto.
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