El inicio de este año escolar, en Panamá Oeste, trae consigo problemas de estructuras que datan de años en las escuelas del área montañosa de Capira, al igual que en los corregimientos más apartados de La Chorrera, al que se suman problemas sanitarios.
En la escuela La Humildad, que no pudo iniciar las clases, se lleva a cabo un proyecto para su rehabilitación, el cual tiene años de atraso, sin considerar que las estructuras son ya un peligro para niños y educadores.
En Los Faldares, el comedor escolar fue eliminado para ser usado como centro de acopio para alimentos, obligando a los niños a comer en el patio de la escuela.
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