Ana Rodríguez tiene 22 años, nunca ha visto la luz, un color o un paisaje. Ella es no vidente de nacimiento, al igual que otros tres de sus hermanos.
Ellos viven en extrema pobreza en la comunidad de Palmilla, en el norte de Chiguirí Arriba en Penonomé, y lo único que desea en la vida es tener la oportunidad de seguir estudiando.
Para sus tres hermanos y para ella, estudiar no ha sido fácil por las limitaciones que truncaron sus sueños, pero dijo muy orgullosa que a diferencia de algunos de sus hermanos, con esfuerzo llegó hasta sexto grado.
Su rostro se llenó de tristeza al expresar que, por falta de recursos económicos, no ha podido lograr ser una gran educadora.
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