Sí, amigos, los organizadores dijeron que esos eran los únicos que había, por consiguiente, ellos se desentendían del asunto (refiriéndose a la prensa escrita). ¡Qué grosería!

Pero ahí no terminó todo, pues tuvimos que pedir, hasta el punto de casi rogar, para que nos dieran dos credenciales, una para el fotógrafo y la otra para el periodista, fuimos a sus oficinas para retirarlas, y qué creen, nuevamente nos recibieron con groserías.

La verdad, no entendemos por qué hacen ésto, pues si no tienen la capacidad de organizar un evento tan grande, mejor no lo hagan. ¡Por Dios!

Lo peor es que, después cuando escribimos lo bueno y malo del concierto, llaman de una vez para decir que eso no fue así. ¿Quién los entiende?