El secreto para ser verdaderamente feliz en la vida está en abandonarse completamente en los brazos de Dios.
El Señor no te creó para convertirte en un depósito de pruebas, su deseo es bendecirte por sobre todas las cosas. Él quiere que disfrutes de la plena felicidad.
Ahora eres parte del Reino de Dios, eres un príncipe y debes vivir como tal; por tanto, no hagas caso a los que tratan de menospreciar tu real sacerdocio, tu categoría de "pueblo escogido de Dios".
Antes de conocer al Señor, vivías para agradarte a ti mismo en diferentes formas y maneras, haciendo las cosas que te producían cierta satisfacción y todo lo que, conforme a tu propio criterio, creías que debías hacer.
Pero cuando chocaste de frente con el Soberano, "Rey de Reyes y Señor de Señores", cambió el panorama, ahora vives para Él.
Ahora vives para agradarle a Él, buscando hacer aquello que Él te demanda, por tu propio bien.
Una cosa has descubierto, y es que, agradándole a Él es que recibes el mayor bienestar, las más hermosas bendiciones y sobre todo ¡felicidad, a tiempo completo!
Si en el camino surge alguna situación difícil, una nueva necesidad, no te apures, ¡confía! Dios va a satisfacerla de acuerdo a sus designios.
Dios nunca te ha defraudado, ¡Él ha sido fiel y tiene un plan perfecto para ti! El Maestro tiene propósito final lleno de felicidad sólo para ti.
¡La verdadera felicidad viene de Dios, es muy poco lo que puedes hacer por ti mismo, que te haga realmente feliz!
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