No hubo incidentes que lamentar.
La fanaticada panameña se comportó ayer a la altura en el partido en que la tricolor superó a su similar de El Salvador.
Los estamentos de seguridad invadieron desde temprano el estadio nacional Rodnew Carew y, salvo unos que otros empujones en las puertas cuando el partido estaba a punto de comenzar, y algunos fanáticos que insistían en fumar, todo transcurrió de forma tranquila.
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