Caras tristes. Ese aire de descontento, al parecer, se vivió en todos los colegios de la capital, pues las miradas tristes se reflejaban en los rostros de los estudiantes, más de los que están en su último año.
"La preparación con la que llegaremos a la Universidad será muy mala", comentó con desánimo Diana, estudiante de sexto año del Fermín Naudeau.
Diana llegó en compañía de su padre, pero al ver que no había ningún profesor decidió retirarse, esperando que esta semana los educadores "dejen de lado su egoísmo y regresen a dar clases".
Así como esta joven de 17 años, llegaron otros estudiantes con sus acudientes, pero así como llegaban se retiraban del plantel, porque ningún profesor los atendía.
Afuera, estaba un grupo de jóvenes, también estudiantes del centro educativo, en ropa particular, a la espera de que los dejaran entrar para hacer un proyecto y repasar algunas de las clases que recibieron antes de la huelga.
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