Es una obra esculpida con lanzamientos indescifrables, que transforman una simple jornada en magia... en historia sagrada.
Una obra que constituye la segunda gema más importante para un lanzador... es un juego sin hit ni carrera, que en 21 ocasiones han sido escritos con tinta dorada en los Campeonatos Nacionales de Béisbol Mayor.
Hoy, y por motivo del último juego sin hit ni carrera que fue elaborado el martes 1 de abril en el Estadio Nacional Rod Carew, DIAaDIA contactó al único serpentinero que ha esculpido esta obra en dos ocasiones. Su nombre: Roy Blake, al que todos apodan "El Brujo de Chilibre".
En un viaje por el pasado, Blake recordó con mucho agrado aquel 3 de mayo de 1974 en el Estadio Juan Demóstenes Arosemena, cuando vestía los colores de Panamá.
"La fecha no se me olvida. Sé que era de noche. Me enfrenté al equipo de Chiriquí en el Estadio Juan Demóstenes Arosemena. Durante todo el partido dominé a los bateadores con recta y sinker", dijo Blake ayer, vía telefónica.
"Nadie me había dicho que estaba lanzando un juego sin hit ni carrera. Ninguno de mis compañeros me dijo nada. No fue hasta el octavo episodio que un fanático que estaba sentado en las gradas de sol que me gritó lo que estaba pasando. Inmediatamente, me puse nervioso, pero gracias a Dios pude controlarme para terminar de hacer las cosas bien", agregó.
La alegría por haber recordado esta proeza se pudo percibir a través del hilo telefónico.
"Al completar el último out, mis compañeros me cargaron y me pasearon por el cuadro interior del estadio. Fue una cosa muy grande la que sentí en mi corazón... esa noche me sentía en las nubes. Fue una hazaña que se cumplió gracias a mis compañeros, que jugaron una gran defensa", enfatizó.
UNA HAZAÑA MAS
La otra página gloriosa para el béisbol panameño la escribió "El Brujo de Chilibre" el 24 de febrero de 1978.
Nuevamente, el "Gigante de Cabo Verde" sirvió de escenario en esta segunda hazaña, que tuvo como víctima a la novena de Panamá Oeste.
"En esta oportunidad me enteré de que estaba lanzando un partido sin hit ni carrera en el séptimo episodio. No era la misma alegría de la primera vez, porque en 1978 yo era un lanzador veterano y sabía lo que estaba haciendo", precisó.
De repente, hubo un silencio breve, luego de tres segundos, Blake recordó un momento especial.
"Cuando se acabó el juego, mis compañeros corrieron hasta el montículo para felicitarme. Mucho público invadió el terreno de juego. Fue otra noche que jamás olvidaré en mi vida", expresó.
Blake, quien fue bautizado con el mote de "El Brujo de Chilibre" por el difunto periodista Hernán Botello, dijo que en estos dos memorables partidos regaló en cada uno dos bases por bolas.
"BRUJO" POR SIEMPRE
Antes de ponerle un punto final a la entrevista, Blake irradió mucha más alegría.
"Es cierto que lo más grande es lanzar un juego perfecto; sin embargo, conquistar un partido sin hit ni carrera es una hazaña tan difícil como el juego perfecto", acotó.
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