Habló alto y claro.
El presidente de honor del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, dijo ayer que el organismo que presidió durante 21 años "es un entidad deportiva que no puede arreglarlo todo", en referencia a las protestas mundiales por la violación de derechos humanos en el Tíbet por parte del gobierno chino. Samaranch sostuvo que el conflicto tibetano "es un asunto político que no tiene nada que ver con el deporte", por lo que considera que deberían ser las organizaciones políticas como la ONU, las que se encarguen de resolverlo.
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