Ahora es un lugar cómodo y llamativo. José Valdez recuerda que, para vender sus casitas de madera y de semillas naturales en su natal El Valle de Antón, tenía que soportar las inclemencias del tiempo, porque las estructuras del mercado estaban en abandono.
Pero hoy, con su camisilla blanca, pantalón y sombrero, muestra con orgullo sus productos en las nuevas instalaciones del Mercado Artesanal y Agropecuario de El Valle de Antón, donde se conjuga el olor y color de las plantas y las bellas obras de los artesanos hechas con materiales de la naturaleza.
Estas estructuras que albergan a 112 vendedores, que se traducen en beneficios directos de unas 560 familias valleras, fueron inauguradas ayer.
Una inversión superior a 200 millones de balboas y la iniciativa del Despacho de la Primera Dama hacen que hoy los artesanos cuenten una nueva historia.
Pero en este lugar no solo hay artesanías y plantas, sino que también se puede encontrar toda clase de frutas y verduras.
EL ANZUELO
Valdez confía en que las modernas estructuras los ayuden a atraer a los más de 100 turistas que visitan semanalmente dicho poblado, puesto que ahora les pueden brindar las comodidades que antes no podían ofrecer.
Aunque en invierno las ventas bajan en comparación con el verano, saben que esta obra reactivará el negocio propio de los valleros.
Él recuerda que iba al centro del pueblo con su padre Pablo a vender los balconcitos bajo el sol y la lluvia.
LA OBRA
Por el deterioro que presentaban las antiguas estructuras, de más de 30 años, se redefinió el proyecto que contempló la construcción total y equipamiento del mercado municipal.
Entre los trabajos que se realizaron, estuvo el cambio total del techo y columnas, ampliación y decoración del piso, cableado eléctrico y plomería, y remodelación de la carnicería y restaurante. Además de nuevos baños.
LA ESPERA
Por casi un año, los vendedores del mercado esperaron ver la obra terminada. Todos pagan un alquiler por el espacio.
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