En la Avenida Central no cabe el clásico alfiler. El movimiento comercial se inicia desde tempranas horas de la mañana. Parece un carnaval, tal como lo dice Pedro Altamiranda en su popular canción. Esta situación se tornó más abrumadora desde el 1 de diciembre, cuando arrancaron las compras de fin de año y los arreglos para las casas. Es en este tiempo, muchos panameños salieron a las calles a buscar ese regalo especial para las Madres en su día.
Cinco días después, el Gobierno Nacional pagó el décimo a más de 179 mil funcionarios, por lo que los centros comerciales quedaron abarrotados.
Desde la entrada de La Peatonal hay puestos de comidas y muchos buhoneros, que al menos cuentan con permiso de la Alcaldía de Panamá para vender durante este mes. Sin embargo, nunca faltan "los juega vivo" que ni lerdos ni perezosos, se las ingenian para montar un puesto de buhonería improvisado.
Pero por allí están varios inspectores del Municipio tratando de corregir esas irregularidades, al menos eso fue lo que demostraron cuando nuestro reportero gráfico se montó a uno de los potes para tomar una panorámica de del aglutinamiento de ciudadanos que compran. Entre el calor y el afán de los ciudadanos encontramos a algunos vendedores agobiados que se dormían en sus locales. Sus compañeros manifestaron que eso se debía "a que había mucho trabajo y la jornada era extensa".
También encontramos a ciudadanos preocupados por la presencia de carteristas infiltrados, pese a la presencia policial que ronda en vehículos.
NEGOCIANTES
Otros que se han multiplicado son los vendedores de minutos. Ya hacen llamadas a B/.0.15.
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