Vaga por la capital. Al mediodía de ayer se acercó a las instalaciones de Editora Panamá América (EPASA) el señor Ernesto Aguilar pidiendo agua y café.
Él admite que tiene lagunas mentales. No obstante, en su delirio estuvo llamando a sus hijos, que supuestamente viven en el área de Pedregal, aunque él expresó que es del distrito de Antón. Para poder conversar había que hablarle alto, pues en cuestión de minutos se quedaba dormido. Aguilar informó que su esposa se llama Celia Bernal.
Se llamó a subestaciones policiales del área para que atendieran al señor, pero luego de más de 20 llamadas, no hubo respuesta. En Vigilancia Municipal de la Alcaldía de Panamá se informó que si la persona tiene problemas mentales entonces era misión del Instituto de Salud Mental. Aguilar se retiró por su medios.
|