Valió la pena. Cuando la maestra chiricana Raquelina Sánchez salió de su casa para trasladarse a la ciudad capital en busca de un nombramiento, nunca pensó que le tocaría vivir momentos horribles.
Lo que más le duele en la lucha que libró es que debió alejarse de sus dos hijos y de su esposo, que fue un verdadero pilar para soportar tantas injusticias.
Ni el hambre ni el duro piso lastimaron tanto el corazón de la educadora, como la indiferencia mostrada por el ministro de Educación, Salvador Rodríguez.
La humilde docente cree que los 15 años que lleva trabajando en las áreas de difícil acceso, siempre como Temporal Hasta Finalizar el Año, o sea, THFA, la hacen merecedora a una permanencia.
A pesar de todas esas penurias, hoy se siente la mujer más feliz del mundo, porque sus ruegos al fin fueron escuchados y dentro de pocos días regresará a su hogar con su nombramiento bajo el brazo.
En tanto, el Defensor del Pueblo, Ricardo Vargas, reconoció la forma respetuosa como los educadores llevaron su lucha e instó a las autoridades educativas a perfeccionar los nombramientos en esas áreas de difícil acceso.
Mientras que Marcelino Searles, vocero de las docentes, se sintió muy satisfecho al recibir la llamada del director general de Educación, Gregorio Urriola, quien les comunicó que serían nombradas.
Después de una batalla larga y dolorosa, las 36 educadoras chiricanas alcanzaron por fin la victoria.
EXPECTATIVA
Solo esperan que les entreguen sus documentos con sus permanencias para regresar lo más pronto a sus casas.
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