El pequeño "Pacho" como le dice la señora María Estela, su madre, nació con discapacidad auditiva profunda, es decir que ni un audífono convencional iba a poder lograr que el joven escuchara. Luego de varias terapias y diagnósticos de los médicos, cuando el menor tenía dos años le comunicaron a la familia que la única manera de oír sería a través de un implante coclear.

La señora María Estela manifestó que fueron años luchando para recoger fondos y con el apoyo de la Fundación Oír es Vivir, el pasado 28 de abril, Onésimo escuchó la voz de su madre.

Con ganas de sentir esta misma emoción está la señora Mitzi Hernández, ya que su segunda hija, Ámbar, de nueve años, nació con la misma discapacidad de Onésimo y aunque utilizó un audífono para poder escuchar, esto no ha sido suficiente.

La Fundación les facilita los doctores y especialistas para poder operar, pero sólo falta el implante que cuesta 21 mil dólares.

Por esta razón, el 3 de julio la Fundación ha organizado una recolecta en Albrook Mall para que Ámbar también pueda escuchar.

Su madre confesó que entre señas, la niña quiere decir "Papá", por lo que están luchando para lograr que sea operada.

POCO A POCO
Ahora "Pacho" irá aprendiendo, a través de terapias, distintos sonidos y palabras; es como un bebé.