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Peripecias por un cupo en la CSS
Las personas llegan desde temprano con abrigo y hasta desayuno. (FOTOS: VIOLA GUEVARA, JORGE SILOT / EPASA)

Viola Guevara Gallimore | DIAaDIA

El reloj marcaba las 3:30 a.m. y ya las señoras Francia y Rosaura (nombres ficticios para cuidar su identidad) estaban sentadas en las escaleras que están en la entrada del edificio nuevo del Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid, de la Caja de Seguro Social (CSS).

De un lado, la señora Francia con la cabeza recostada a las varandas de hierro, y del otro, un muro de cemento que sostenía a Rosaura.

La señora Francia vive en Las Cumbres y para llegar a las 1:00 a.m. al lugar tuvo que tomar un taxi desde su residencia, que le costó B/8.00. Ella debía realizarse unos exámenes de sangre, por lo que debía dirigirse a la sección de laboratorio clínico que abría a las 6:00 a.m.

Media hora después siguieron llegando más personas que se dispersaban por toda la entrada de hospital con rostros de súplica para que la puerta fuera abierta rápidamente. Adultos mayores con bastón, mujeres embarazadas y personas en sillas de ruedas, la mayoría sentados en el piso de cemento en el cual se trató de acompañarlos, pero más de 40 minutos no se aguantó y se quedó con la incógnita de saber si era mejor estar sentado o de pié.

Francia manifestó que la razón, por la que se llega tan temprano al lugar es para no quedarse sin cupo, porque "los tiquetes son limitados" reiteró.

La mecánica era llegar y preguntar quién es el último en la fila y si es jubilado o no, porque son dos hileras distintas.

Muchas personas estaban a la defensiva para que nadie se les "colara".

Los guardias de seguridad estaban dentro del centro, y de repente diez minutos para las 5: 00 a.m., uno de los seguridad se levantó, lo que fue una señal para que los más de 60 asegurados que estaban afuera formaran una fila. En eso, la señora Francia, de inmediato, anunció que fue la primera en llegar, y así mismo se formó la fila.

A la vez denunció que le gustaba como era el proceso de exámenes de antes, en el que se asignaba mediante una cita el examen y no por orden de llegada como ahora. Lo mismo denunció sobre el proceso de citas médicas, que anteriormente eran asignadas por los mismos médicos, lo que ahorraba a los asegurados una fila para sacar otra segunda cita.

UNA CARRERA OBLIGADA
Finalmente, la puerta de entrada del Complejo se abrió, lo que fue como decirle a la gente "en sus marcas listos, fuera, ya", para que todos corrieran. Unos subían por el elevador y otros por la escalera hasta el cuarto piso en menos de un minuto. Los desventajados fueron los viejitos en bastón, pues mientras un pie le pedía permiso al otro para caminar llegaron 20 minutos después.

Ya eran las 5:30 a.m. y la espera continuaba. No fue hasta las 6:00 a.m. que una funcionaria salió a entregar los tan esperados tiquetes con número para luego llamarlos uno por uno. La desesperación y angustia por la espera fue notable toda la mañana. Las personas ya no sabían cómo acomodarse en las sillas, otros dormían por escasos minutos hasta ser atendidos.

Ante esta situación, Carmen de Carol, jefa del Servicio de Laboratorio del Complejo Hospitalario, explicó que allí se brinda cupos limitados, 150 para pacientes jubilados y otros 150 para pacientes de Consulta Externa, y demanda espontánea para pacientes con discapacidad y enfermedades crónicas, también atienden a los hospitalizados.

Admitió que hay una falta de personal en el laboratorio, ya que actualmente cuentan con 13 personas entre tecnólogos y asistentes, algunos de vacaciones, sin nadie que los cubra. La doctora reveló que atiendan a unos 500 ó 600 asegurados, porque también se suman los hospitalizados. Se pudo conocer que el departamento cuenta con toda la tecnología. La encargada confesó que necesitan unos 8 tecnólogos, puesto que con esto se acortaría la espera.

En tanto, Diógenes Cedeño, coordinador del Sistema de Citas de la CSS, detalló que se dan un 80% de citas por teléfono y otro 20% por ventanilla. Explicó que el problema con la Policlínica Generoso Guardia es que el centro se quedó pequeño para la cantidad de población.

El coordinador destacó que se trata de que las personas se acostumbren a tomar las citas por teléfono para disminuir las largas filas.





   
 
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